Hora del patio, todos los niños salíamos escapados hacia el ala oeste donde las cocineras nos esperaban con deliciosos bocadillos de tortilla de patatas recién hecha, famosos donde los haya. Al recoger mi bocata, me fui a un sitio seguro donde pudiera comérmelo más a gusto que un arbusto, y fue en un arbusto donde descubrí un nuevo mundo. De camino hacia las pistas, me topé con las jardineras de todos los días, pero... ¡ese día eran diferentes! se convirtieron en un gran manjar. Miré a mi compañera de batallas y le dije... dos segundos después estábamos pegándonos un atracón de todas las flores de la marquesina del cole.
A día de hoy y desde entonces, han caminado conmigo, ellas reinventan nuestras exquisitas ensaladas y por ello, ¡¡¡ quiero darles las gracias !!!
GRACIAS
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